Hola, soy Bea, tu food coach, y quiero hablarte desde mi experiencia – tanto personal como profesional – sobre uno de los hábitos que más ha transformado mi relación con la comida, mis emociones y mi bienestar: el batch cooking, es decir, el hábito de planificar y cocinar con antelación para comer mejor y sin complicaciones.
Pero antes de contarte cómo organizar tus comidas te puede ayudar a sentirte más ligero/a, con más energía y con menos culpa… quiero que sepas que yo también estuve perdida. También viví comiendo por ansiedad, en piloto automático, sintiendo que no tenía fuerza de voluntad ni tiempo para cambiar.
Por eso escribí El peso del hambre emocional, y por eso hoy quiero compartir contigo un enfoque diferente: libre de dietas, menús rígidos o “deberías”. Quiero hablarte de hábitos reales, sostenibles y llenos de sentido.
¿Por qué el batch cooking?
Durante años, una de mis mayores frustraciones era no saber qué comer. Abría la nevera y me invadía la ansiedad. Improvisaba, picoteaba… y después me sentía mal. Repetía el ciclo día tras día.
El batch cooking llegó como una herramienta de organización, sí. Pero con el tiempo descubrí que era mucho más que eso: un verdadero sistema de apoyo emocional.
Cocinar una o dos veces por semana, dejando listas mis bases de comida saludable, me permitió ganar espacio mental, paz interior y claridad. Dejó de ser una obligación para convertirse en un ritual: encender el horno, poner música, preparar verduras, proteínas, salsas…
Cuando comemos desde las emociones y no desde el hambre real, tendemos a elegir opciones poco saludables e improvisar sobre la marcha. Por eso, tener la comida planificada y preparada con antelación no solo nos ayuda a tomar mejores decisiones, sino que también nos permite ahorrar tiempo, dinero y energía mental. En definitiva, practicar batch cooking es una forma amable de cuidar de ti cada día.




Ahora bien, te preguntarás ¿qué es eso del hambre emocional que tanto estoy mencionando? Te lo cuento a continuación:
El hambre emocional: cuando comemos para no sentir
Durante mis sesiones de coaching nutricional, hay una frase que escucho constantemente:
“Bea, yo no como por hambre, pero no puedo parar.”
Y es que muchas veces no comemos por necesidad física, sino para tapar lo que no queremos ver o sentir. El hambre emocional es ese impulso que aparece cuando estamos tristes, frustradas, aburridas o estresadas. No tiene que ver con el estómago… sino con el estado mental, emocional y con los sentimientos.
Y no, no hay nada malo en ti. No estás sola. Yo también he comido para “llenar” vacíos. Pero aprendí que la única forma de salir de ese bucle es mirar hacia dentro, con compasión, y empezar a construir herramientas que te sostengan.
Ahí es donde entra el batch cooking: cuando tienes comida real y nutritiva lista, eliges desde la calma. Desde el cuerpo y las necesidades reales de este, y no desde la urgencia.
Ahora bien, ¿Cómo saber cuándo realmente tenemos hambre, y cuándo estamos intentando llenar esos vacíos?




Hambre real vs. hambre emocional: aprende a distinguirlas
Una de las cosas que más trabajamos en las sesiones de coaching nutricional 1 a 1 es esta distinción. Porque si no sabes de dónde viene tu hambre, nunca vas a poder atenderla bien.
- El hambre real nace en el cuerpo. Llega poco a poco, puedes esperar. Se calma con cualquier comida.
- El hambre emocional nace en la mente. Es repentina, urgente, específica (necesito chocolate YA). No tiene que ver con necesidad física, sino con un deseo de escapar o aliviar.
Normalmente, el hambre emocional despierta en nosotros las ganas de ingerir comida NO saludable, no nos apetece comer una ensalada, o una pechuga de pollo a la plancha, si no que nos da el impulso de comer grandes cantidades de comida rápida y poco saludable.
Esto no quiere decir que de vez en cuando el cuerpo nos pida esta comida, es normal que en ocasiones queramos comernos una hamburguesa, y está muy bien que permitamos a nuestro cuerpo darse ese capricho, pero no puede convertirse en algo habitual. Ya no hablamos de apariencia física, si no de salud.
Ahora te preguntarás cómo el batch cooking puede ayudarnos con esto, pues te lo cuento:
Cuando aprendí a identificar mi hambre real, empecé a escuchar a mi cuerpo. Y cuando tenía la comida adecuada lista gracias al batch cooking, era mucho más fácil responder desde el autocuidado, no desde el impulso.
Si sientes hambre emocional pero no tienes nada preparado, es más fácil que caigas en la «trampa» de hacerte algo rápido para salir del paso, en cambio, si ya tienes tus comidas preparadas y organizadas, es más fácil de controlar esos impulsos.
Aunque es cierto que el batch cooking es una herramienta para controlar esto, también es muy importante contar con una buena «dieta», alimentación, y sobre todo, contar con alguien que te guíe y te ayude a entender y controlar esos impulsos.
Si tienes este problema y estás pensando en hacer un cambio en tus hábitos, puedes ponerte en contacto conmigo, estaré encantada de ayudarte, asesorarte, y guiarte.





¡No estas solo/a!
La ansiedad, la dopamina y el cerebro que quiere placer ya
Voy a contarte algo que me cambió la vida: no eres débil, ni te falta fuerza de voluntad. Tu cerebro busca placer inmediato porque así está programado. Busca dopamina, esa hormona que se dispara con el azúcar, las harinas, las redes sociales, las compras, las series…
Y claro, cuando tu día está lleno de estrés y agotamiento, tu mente quiere alivio. ¿Y qué le das? Algo dulce, algo fácil. No porque seas débil, sino porque es lo que has aprendido.
Pero aquí está la clave: ese alivio es momentáneo. Después llega el bajón, la culpa, el hambre emocional de nuevo.
Creas un bucle donde alivias tus emociones con comida, te sientes mal por ello, y como eso te genera estrés y mal estar, vuelves a caer en el hambre emocional. Podemos decir, que entras en un círculo donde es muy complicado salir, pero… ¡SE PUEDE!, sólo necesitas las herramientas adecuadas para entender tu cuerpo, y poder romper ese circulo.
Además, el azúcar y la comida basura son como una droga, cada vez tu cuerpo pide más, por ello, reducir la cantidad de ese tipo de comida va a hacer que cada vez tengas menos antojo de ella.
Cuando reduces tu exposición a estos alimentos concentrados, y organizas tus comidas reales y nutritivas con el batch cooking, tu cuerpo vuelve al equilibrio. Tu insulina se regula, tu dopamina se estabiliza, y tu ansiedad disminuye. No es magia. Es biología.
¿Cuáles son tus excusas habituales?
Sí, también vamos a hablar de eso. Porque las excusas no son más que creencias disfrazadas de verdad. Aquí te dejo algunas que me dicen (y que yo misma me decía):
- “No tengo tiempo.”
- “No sé cocinar.”
- “No sé organizarme.”
- “Soy un desastre, siempre abandono.”
SI TE IDENTIFICAS CON LAS FRASES QUE APARECEN EN EL VÍDEO, Y NECESITAS AYUDA…
¿Te suena alguna? Lo sé. Pero quiero que hagas un pequeño ejercicio: cambia la excusa por una pregunta positiva. Por ejemplo:
- ¿Cómo puedo hacer más fácil esto para mí?
- ¿Qué pasaría si hoy solo empiezo con un par de preparaciones?
- ¿Qué puedo aprender en vez de castigarme?
Muchas veces fallamos una vez, y damos el resto del día por perdido y seguimos comiendo mal, pero esa no es la solución.
Imagínate que estás en una cafetería y se te cae una gotita de café en la camiseta ¿te tiras el café entero encima? ¿O tratas de limpiarte la mancha y tienes más cuidado para que no vuelva a sucederte? Pues con el hambre emocional pasa exactamente lo mismo. Si te comes una galleta porque sientes esas emociones a flor de piel y no has podido controlarte, ¿te vas a acabar el paquete entero, o vas a tratar de hacerlo bien para el resto de día?
Créeme: el cambio no empieza cuando eliminas tus excusas. Empieza cuando dejas de creer que son verdades absolutas.
Cómo empiezo yo mi batch cooking (y cómo puedes hacerlo tú también)
Aquí no hay recetas rígidas, pero sí hay estructura, flexibilidad y disfrute. Te comparto cómo lo hago:
- Elijo 2-3 bases proteicas: por ejemplo, pollo al curry, lentejas estofadas, tofu marinado.
- Horneo un par de bandejas de verduras: calabacín, zanahoria, berenjena, lo que haya de temporada.
- Preparo un par de cereales integrales: arroz, quinoa, mijo.
- Creo 1 o 2 salsas: hummus, pesto, salsa tahini.
- Corto y lavo hojas verdes para tener listas.
Con eso, tengo 6-8 combinaciones diferentes para toda la semana. Lo importante no es la variedad infinita, sino tener opciones buenas ya preparadas.
Aunque también es muy importante aprender a distribuir estos alimentos según tus necesidades.

Si realmente quieres un cambio de 360º en tu salud, te invito a solicitar una consulta de valoración.
Batch cooking como herramienta de cambio emocional.
No me canso de decirlo: comer sano no es solo una cuestión física. Es una herramienta de transformación emocional.
Cuando tienes la estructura lista, puedes atender mejor tus emociones. Puedes sostenerte. Puedes parar antes de lanzarte a comer lo primero que encuentres.
Y sobre todo: puedes elegir con presencia.
Porque esto no va de ser perfectos., va de estar disponible para ti y organizar tu alimentación desde el amor propio es uno de los actos más potentes de autocuidado que puedes practicar.
Bea, si no resido en Oviedo, ¿Cómo puedes ayudarme?
Si no estás en Oviedo pero te interesa realizar este gran cambio junto a mí, cuento con sesiones de asesoramiento nutricional online, para que puedas cambiar tu vida desde dónde tú quieras.
Puedes leer más sobre esto aquí
¿Te animas a dar el primer paso?
Quizás ahora mismo sientes que es demasiado. Que no sabes por dónde empezar… Pero déjame decirte algo: tampoco tienes que hacerlo todo hoy. Empieza poco a poco, preparando las comidas de dos días para habituarte, y cuando menos te lo esperes, ¡estarás cocicnando los domingo para el resto de la sema!
Hazlo con cariño y con la firme decisión de tratarte mejor, hazlo por y para tí. Eso ya es muchísimo.
Y si en el camino necesitas ayuda, guía, o simplemente que alguien te recuerde que puedes… estoy aquí para ayudarte.
Puedes seguirme en Instagram donde comparto recursos, ideas e inspiración para ayudarte a transformar tu relación con la comida, con tu cuerpo y contigo misma.
Gracias por llegar hasta aquí.
Bea 🌿